Sunday, January 11, 2009

Los Dias (Juan Parra del Riego)

Spanish Version

Los Días

Por Dr. Dennis L. Siluk, Ed.D (Poeta Laureado)
(Tributo a Juan Parra del Riego)

I

Todo el año, sabiendo que estás muerto,
Me he sentado en un sillón con dos cojines,
Mirando por la ventana, estando triste
Con melancolía humana, tratando de revivir
Aquellos días en que viviste tus poesías—
(traduciéndolas, editándolas y seleccionando tus mejores),
Días cuando tu juventud como la mía, sintieron el sol
Llevar ambición, desde la tierra hasta el cielo,
Días siniestros, con inspiración para compartir;
Ahora los vivo, pero siento los tuyos en la muerte.

II

Hoy, es como otro día, supongo
Como tú una vez lo supiste, muerte esperada,
Como yo lo sé ahora. El cielo está nublado,
(Escucho la estremecedora lluvia, las salpicaduras
Mientras los carros pasan, sus motores ruidosos)
Y en la prisa, como un río fuera de curso, ahora
Es el momento cuando el aire
Estando principalmente lleno de vida e imágenes,
Aparece sin vida, sin movimiento, ahora:
Tierra, río y cielo, nos fusionamos, las
Salpicaduras se han ido. Y también mi tristeza.
Todo es ahogado en mi, pero no tú
(por eso puedo escribir este tributo poético)
Mis memorias emergen (con ellos), he encontrado
Los días que tú viviste, la llave a tus poesías:
El armario secreto que escondiste como poeta.

III

Pienso en todo lo que hiciste, cuando viviste
(Es decir, todo lo que escribiste y pudiste escribir
Y hecho antes que la muerte te llevara…desesperación)
Hubo mucha promesa en tus años
Jóvenes—tu reserva entusiasta, el color de las hojas de otoño
En tu cara, inspirando al viento, y bosques
Y al silencio desnudo en los picaflores.

Ninguno tuvo tal promesa entonces, no aún
César Vallejo, o Borges, no aún Yeats,
O Kyats, George Trakl, o Pablo Neruda.
Tu ritmo y rima, encanto astuto,
Modelo y estructura del sonido, verso y medida,
Líneas silábicas acentuadas, todo daban movimiento
Como cristales en la lluvia, cayendo con fuerza y suave…con
Gracia desarmada, si, o si, tú fuiste audaz,
Como Homero, construyendo su caballo de madera
¡Para engañar y luego destruir a Troya!
En la Edad del Simbolismo y Modernismo.

Esto estaba en tu sangre desafortunada ¿cierto?
Esa falla vino sólo porque toda pasión
Estaba siendo quitada a mitad del recorrido ¡Por la muerte!
Tú te redujiste a la nada, pero aún
Escribiste tu poesía, ¡una hora antes de tu muerte!
Tú viviste más allá del sombrío aburrimiento de pesar.
Tú no afligiste a ningún amor, los latidos de tu corazón,
Fueron para Blanca Luz Brum…
Tu muerte lenta, moldeó tu mirada sobre la vida
Había sangre dentro de esa mirada ciega,
Pero esto te hizo uno, te hizo mirar y escribir
Tu poesía en piedra, al final, solo…

IV

Tu poesía te ha sobrevivido, y a esa mirada ciega.
Tu poesía, Parra, ha sobrevivido aquel bote que remaste—
Mucho tiempo atrás, en Montevideo y esta
Sobrevivirá a la pintura colgada en la pared de tu cuarto
Donde te sentaste cerca de una mesa—las últimas horas
Antes de tu muerte (con Blanca Luz y un amigo)…

Veo el dolor en su cara joven, embriagada
Con pérdida, buscando algún lugar tranquilo, para esconderse
En desolación, abatida, boquiabierta como si en horror,
Ojos mirando, porque la hora atribulada está cerca,
Cara desgarradora, llena de desgracia… ¡por ser impotente!
Ella se agarra fuerte de su silla, sus piernas medias cruzadas,
Respirando lentamente, ella sabe pronto, lo que debe de sufrir.

V

Blanca y el amigo de Juan estuvieron cerca de él la hora
De su degradación, aunque él no se volteó hacia ellos
En las últimas horas de la noche—ellos en una triste
Auto aversión, Juan, sin nada que ocultar,
Él oyó gritar a Blanca, “Estoy perdida, pero tú estás peor”
Talvez el moribundo no poseía a sus dominios,
Pero esta noche, las luces estaban bajas,
Era la última hora,
Y luego las luces se apagaron,

entonces la disipación de la noche pasó….

Todos rendidos, en completa penuria
Y los dos ahora supieron, ¡el mundo se privó!

VI

Sabiendo y habiendo oído, leído sobre la verdad desnuda
De tu muerte, la palabra perdura en mi cabeza—
Muerte en ese cuarto tormentoso,
Cerrado fuertemente, desde el cielo y nubes,
Sólo pensamientos silenciosos, echados de
Momento a momento, para iluminar más tarde
Con aquellos seres amados por tu lado


Las horas que tú y yo ahora conocemos,
A pesar de que tú estás muerto más de ochenta años,
Ni denuncia mi poema, un tributo para ti,
Ni perdona, mis palabras, si ellas ofenden…
Como tú, he visto la luz de la luna, deslizarse
Encima, y sobre la marea del mar, y las olas
Perdidas en las orillas arenosas, mientras ellas se retiran
Para nunca sucumbir a ellos aun cuando la oscuridad ha llegado;
Espero que yo sea fuerte como tú (cuando mi muerte llegue),
Aunque no puedo prometer lo que no puedo dar…

Y ahora a tu fama superada, ¡oh oscuridad!
¡Tú te has transformado en luz!


Escrito el 24-Dic.-2008 en la mañana, en Huancayo, Perú. Nro. 2533

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